En resumidas cuentas, y retornando al inicio, es importante destacar la parte en la que todas las emociones son necesarias, pero también todas pueden llegar a darse de manera desadaptativa. Cuando nos encontramos en una situación de abuso, entre otras cosas tenemos a una persona (la víctima) con un sistema nervioso muy desregulado por la violencia vivida, generalmente muy agotada y confundida. No es de extrañar que estas dos emociones con tanto poder de manipulación tiendan a aparecer de manera desbocada y arrastrando (de no ser atendidas) a la víctima a una espiral descendente. Es por ello que si has podido sentirte identificada en alguna de estas partes, o alguien venía a tu cabeza mientras leías, podáis al menos plantear la posibilidad de buscar ayuda profesional especializada.
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Alba de A Pleno Pulmón