Por ejemplo, le puedes comentar por escrito o verbalmente “cuando estoy a tu lado estoy nervioso porque lo cierto es que me atraes”, o “me lo paso muy bien contigo, te gustaría que quedáramos algún día a solas para ir a patinar? Inserte X”, o “no nos conocemos mucho, pero me gustaría poder conocernos mejor”.
Y si te dice que no, pues es no. No es no, y punto. No hay que insistir más.
Si te ha dicho que sí o puede, y no tienes más noticias suyas, podrías preguntar una vez. “Buenas, ¿cómo vas, al final te apetece quedar?” Pero si no hay respuesta, significa que es NO.
Ahora bien, si te dice que no, no significa que hayas hecho algo que está mal, a lo mejor es porque no has interpretado bien la atracción, o si siente atracción pero desea más a otra persona. Y eso no es malo, porque es lo que nos hace diferentes, y lo que nos permite la libertad de encajar. Ahora bien, si te sientes mal cuando te rechazan o no soportas sentir el rechazo, no dudes en solicitar una consulta psicosexológica.