En uno de los artículos anteriores hablábamos sobre qué es realmente lo que se considera una depresión clínica y en qué se diferenciaba de sentir tristeza. Si lo has leído, o si has estado en contacto con más de una persona que haya sufrido depresión a lo largo de tu vida seguramente te habrás dado cuenta de que, aún padeciendo lo mismo (hablando en términos de salud mental) podemos encontrarnos con historias, personas y experiencias muy diferentes.
Y ¿qué podemos decir con respecto a esto? Sucede que en la práctica nos encontramos con una realidad algo más compleja que las pautas de los manuales en los que nos basamos las profesionales de la salud mental para poder reconocer y/o diagnosticar las realidades de las personas que llegan con malestar a consulta.
Algunas diferencias en la manifestación de la depresión
Por ejemplo, ¿sabías que la depresión tiende a manifestarse de manera diferente a lo largo del ciclo vital? Cuando aparece en la infancia, por ejemplo, es más frecuente ver irritabilidad o somatizaciones (es decir, expresiones físicas del malestar como dolores de cabeza, de barriga, etc.) En la adolescencia la correlación de la depresión con el consumo de sustancias se multiplica, asi como las conductas negativistas y los sentimientos de rechazo; y en la vejez es comúnmente vista como algo característico de la edad, o confundida con una demencia, lo cual dificulta su detección y por tanto, su tratamiento.
“La depresión tiende a manifestarse y a reconocerse de maneras diferentes según la etapa vital en la que se encuentre la persona.”
Aún con todo esto el momento del ciclo vital en el que se esté desarrollando la persona no es el único factor que puede modificar los síntomas. Dentro de la depresión existen diferentes subtipos que quedarán explicados en un post que subiremos más adelante.
También, es importante mencionar las diferencias individuales. Podemos encontrar personas que manifiesten una serie de conductas que pueden llegar a ser muy impactantes o muy visibles, por ejemplo, ataques de ira, crisis fuertes de llanto, desesperación… pero también hay otras que viven su depresión de forma encubierta. En estas últimas cabe la posibilidad de que las conductas depresivas estén mostrándose de manera inhibida (aislamiento social, mutismo, apatía crónica, sensación de falta de energía…), que sea el propio cuerpo el que manifieste los síntomas a través de enfermedades físicas –las llamadas psicosomáticas que mencionábamos más arriba- o que su expresión aparezca a través de conductas de riesgo, tales como el consumo de sustancias, la búsqueda del peligro, etc.
“Podemos encontrar desde personas que manifiesten una depresión de una forma muy notoria, hasta otras que lo hagan de manera que pase totalmente desapercibida.”
Un dato curioso es que existen personas que precisamente por su depresión se muestran altamente sonrientes. Desde luego nadie a simple vista diría que esa persona está pasando por un proceso tan oscuro aparentemente proyectando tanta luz a su alrededor. También existe un número muy alto de personas pasando por un proceso depresivo sin ser conscientes de ello.
“Existen personas cuya expresión de la depresión es a través de una sonrisa casi permanente.”
Asimismo existen otros factores tales como el género, la ocupación (o desocupación) laboral, situaciones de pobreza o algunos hábitos que alimentan las cifras de depresión. En un artículo que subiremos más adelante lo analizaremos más detenidamente. Si quieres estar informada de cuando se suba recuerda que al final de este blog tienes la cajita para subscribirte a nuestra Newsletter.
Entonces, ¿por qué se habla tanto de depresión?
En resumidas cuentas la depresión es un trastorno frecuente, que además se manifiesta y desarrolla en pocas semanas. Puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en áreas concretas como el trabajo o la escuela y a un nivel más general, a la capacidad de la persona para afrontar la vida diaria.
Hoy día se presenta como la principal causa mundial de discapacidad, y en su forma más grave su desenlace puede llegar a ser el suicidio.
¿Y en España? En España el suicidio es la primera causa de muerte no natural siendo 2020 el año con más suicidios en la historia de nuestro país desde que se comenzaron a registrar en 1906. Más concretamente un total de 3.941 personas se quitaron la vida lo que supone un incremento del 7,4% con respecto a 2019, es decir, 270 personas más que el año anterior.
“La depresión es la primera causa de discapacidad a nivel mundial y la primera causa de muerte no natural en España."
Si tenemos la menor sospecha de estar pasando por un proceso depresivo o conoces alguna persona que lo pudiera estar sufriendo, te animamos a que valores muy en serio la posibilidad de ponerte en contacto con alguna profesional especializada. Este mismo año en España se ha habilitado el 024, un número de teléfono destinado a la Atención de la Conducta Suicida, que cuenta con alcance en todo el país, es confidencial, gratuito y está disponible las 24h de los 365.
Te dejo a continuación otros teléfonos importantes en materia de conducta suicida:
- Emergencias: 112
- Teléfono contra el suicidio: 911 385 385
- Teléfono de la esperanza: 914 590 055 o 717 003 717
- Atención a la conducta suicida 024
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