Responsabilidad afectiva

responsabilidad afectiva

Los seres humanos somos seres sociales y como tales necesitamos y nos beneficiamos de establecer vínculos con los demás.

A pesar de la importancia de aprender a auto-regularnos y estar bien con nosotros mismos, todos tenemos unas necesidades relacionales y afectivas que cubrimos a través de otras personas. Algunas de éstas pueden ser la necesidad de sentirme aceptada, respetada o de mostrar afecto a otros, así como la necesidad de sentirme validada, especial y segura, entre otras.

"La forma que tenemos de relacionarnos ha cambiado mucho en los últimos años. Es necesario tomar conciencia de en qué momento nos encontramos y cómo podemos hacer para tener relaciones más maduras y saludables."

responsabilidad afectiva

¿Qué es responsabilidad afectiva?

Seguro que alguna vez has oído hablar sobre responsabilidad afectiva ya que es un término que ha ganado fuerza en un momento en el que se dan muchos nuevos tipos de relaciones, sobre todo a nivel afectivo-sexual. 

Si retrocedemos unas décadas, predominaban las relaciones monógamas donde el matrimonio “para toda la vida” era prácticamente la única opción aceptada. Afortunadamente en la actualidad nos encontramos con muchos tipos de relaciones diferentes, desde monogamia a poliamor, pasando por relaciones abiertas y relaciones casuales, entre otras, y todas ellas son válidas siempre y cuando las partes implicadas establezcan y hayan consensuado unos acuerdos.

El término responsabilidad afectiva hace referencia a la importancia de ser consciente que nuestras acciones tienen un impacto emocional sobre los demás, estableciendo vínculos consecuentes, igualitarios, empáticos y sinceros, independientemente del tipo de relación en la que nos encontremos.

Se trata de pensar en cómo lo que yo hago puede afectar a la otra persona antes de tomar decisiones y hacernos cargo de nuestras acciones y sus consecuencias.

Nuestra sociedad es muy cambiante y, como hemos comentado, la forma que tenemos de relacionarnos también dista mucho de cómo se hacía años atrás. 

responsabilidad afectiva

Por ello es preciso tomar conciencia de en qué momento nos encontramos y cómo podemos hacer para relacionarnos de forma madura y saludable.

En un momento en el que las redes sociales y apps para conocer a nuevas personas están a la orden del día, puede ser que el hecho de tener tanto acceso, tan rápido y de forma tan amplia a tantas personas haya deshumanizado un poco el proceso de conocer a alguien o iniciar una relación.

Solo fijándonos en el funcionamiento de alguna de estas apps podemos ver lo fácil que es aceptar o descartar a alguien, solo en unas milésimas de segundo y moviendo un dedo. Con todo esto, quizás hemos normalizado el ser “poco considerados” con las personas que estamos conociendo o manteniendo una relación.

Ser responsable afectivamente no solo aplica a conocer personas o iniciar nuevas relaciones, sino que también debemos ser responsables afectivamente en nuestras relaciones más duraderas. En este artículo nos centraremos en el marco de las relaciones sentimentales, pero hay que tener en cuenta la importancia de mantener esta responsabilidad en todos nuestros vínculos, también en los de amistad o familiares.

"La responsabilidad afectiva hace referencia a la importancia de ser consciente que nuestras acciones tienen un impacto emocional sobre los demás, estableciendo vínculos consecuentes, igualitarios, empáticos y sinceros."

¿Qué no es responsabilidad afectiva?

  • Abrir conversación con muchas personas en aplicaciones para conocer gente y dejar de responder cuando encuentras a alguien que te interesa más.
  • Tener una comunicación muy fluida durante días, semanas o más y de repente no responder con la misma frecuencia para que la otra persona “entienda” que has dejado de estar interesada/o.
  • No cumplir con los acuerdos establecidos en la relación.
  • Invalidar a la otra persona y sus sentimientos.
  • Crear falsas expectativas, hacer promesas a sabiendas que no vas a cumplirlas o inducir a la otra persona a imaginar escenarios teniendo claro que no es lo que va a ocurrir.
  • Cambiar constantemente de humor y de opinión. 
  • Exigir que el otro miembro de la relación “adivine” lo que nos sucede y sepa cómo actuar para solucionar nuestro malestar.
  • Hacer ghosting, es decir, desaparecer de una relación (ya sea larga o casual) sin decir absolutamente nada, cortando por completo y sin previo aviso la comunicación.
  • También pueden darse situaciones en las que se van manteniendo conversaciones online solo como “segunda opción”, aunque no hay un interés real o bien que se envíen mensajes contradictorios e intermitentes con el objetivo de enganchar a la otra persona.

¿Cómo se puede ser más responsable afectivamente?

¡Pincha en cada ítem para ver cómo!

La responsabilidad afectiva nos invita a plantearnos algunas preguntas acerca de nuestra forma de relacionarnos con los demás:

  • ¿De qué forma me relaciono cuando establezco/estoy iniciando relaciones sentimentales?
  • ¿Para qué tengo este tipo de relaciones?
  • ¿Qué implica que yo decida establecer una relación?
  • ¿Qué condiciones necesito que se cumplan para sentirme segura y emocionalmente estable?
  • ¿Qué acuerdos deben respetarse para que las otras personas implicadas también puedan sentirse seguras y estables a nivel emocional?
  • ¿Qué se trate de una relación esporádica me permite faltar a estos acuerdos/responsabilidades?
  • ¿Cómo me sentiría yo si la otra persona no respetara los acuerdos?
  • ¿Cómo podría sentirse la otra persona si no respeto los pactos establecidos?

Estás son solo algunas ideas para invitar a la reflexión. Como puedes ver, todas esas preguntas hacen referencia a las implicaciones que pueden tener los actos de los miembros de la relación para todas las personas que forman parte de ella, sin importar el tiempo que se lleve de relación, el número de personas implicadas o la “etiqueta” que se haya puesto a esa relación.

Para entender que nuestras acciones causan un efecto en las personas con quienes nos vinculamos, es imprescindible que seamos empáticas y nos pongamos en el lugar de la otra persona.

Debemos entender que una falta de responsabilidad en estas situaciones, como puede ser desaparecer sin decir nada o crear falsas expectativas, puede llegar a causar mucho sufrimiento a nivel psicológico a la otra persona.

Está claro que tenemos que procurar tomar acciones para nuestro bienestar y que nosotras mismas debemos ser una de nuestras prioridades, pero construir vínculos implica dejar de lado el “egocentrismo” y entender que mis acciones afectan a los demás.

Para ello, como hemos dicho en el apartado anterior, es importante pensar en qué es lo que queremos decir y el motivo por el cuál queremos hacerlo, así como dedicar un tiempo a pensar en lo que vas a decir y cómo eso podría afectar a la otra persona o cuál podría ser su reacción.

Sé honesta/o, habla con sinceridad para que la otra persona pueda comprender mejor la situación (sin cometer ningún “sincericidio”, es decir, no todo vale en nombre de la sinceridad, ajustemos el mensaje teniendo en cuenta los sentimientos de la otra persona). Busca un momento adecuado para hablar y ajusta tus explicaciones al tipo de relación que mantenías.

Enlazando con lo que acabamos de comentar, ser responsable a nivel afectivo no implica priorizar al otro por encima de mi y de mis necesidades, ni someterme, ni evitar su dolor a toda costa, eso es algo que se escapa de mi control. Mi responsabilidad reside en cómo me comunico, pero no puedo hacerme cargo del bienestar de la otra persona ni de cómo va a recibir mi mensaje.

Para que una relación prospere y construir vínculos sólidos es necesario proponer acuerdos, comunicar necesidades y deseos. También para cortar con esos vínculos que no se adecuan a lo que estamos buscando o a lo que queremos en este momento, es importante saber transmitirlo para cerrarlos de forma sana, y que me permita sentirme cómoda/o con ello. Por eso es tan importante saber comunicarnos de forma asertiva, para transmitir nuestros pensamientos, emociones u opiniones respetándonos a nosotras mismas y a los demás.

La asertividad es una habilidad que podemos entrenar y si bien en ocasiones puede resultar incómoda, tenemos que ser conscientes de los beneficios que nos reporta comunicar aquello que sentimos así como de las consecuencias de no hacerlo. 

Ser capaces de decir si algo nos molesta, si no estamos de acuerdo en algún aspecto, si necesitamos un cambio o si simplemente no nos sentimos a gusto en esa relación o no es lo que buscamos. Establecer que está y que no está permitido, comunicar si siento que no se me ha respetado, pactar. La asertividad también me permite negociar: llegar a acuerdos y resolver conflictos o encontrar puntos intermedios en los que ambas partes se sientan cómodas para seguir avanzando en la relación.

Esto va de sinceridad, de ser honestas con nosotras y con la otra persona. De no ser así, no estaríamos siendo justas con ninguna de las partes.

responsabilidad afectiva

No han sido responsables afectivamente conmigo, ¿qué puedo hacer?

  • Toma distancia, no hay nada malo en ti. Esa actitud habla de la dificultad de gestionar determinadas situaciones del otro, pero no de tu valía como persona.
  • Aprovecha para revisar cómo ha sido la relación: ¿puedes llevarte algún aprendizaje?, ¿tus expectativas estaban ajustadas a la realidad?, ¿qué señales pueden ayudarte a detectar este tipo de conductas en el futuro?
  • Dedica un tiempo a pensar qué esperas de una relación. Ten claras tus prioridades y necesidades a la hora de vincularte, esto te facilitará poner límites y comunicarte cuando sea necesario.
  • Toma consciencia para no actuar así con los demás. Seamos modelos de responsabilidad en nuestras relaciones.

Recuerda que todos nuestros vínculos necesitan que seamos personas responsables a nivel afectivo. 

Esperamos que este artículo haya sido de tu interés, y si por algún motivo te está resultando difícil mantener tu vínculos o crear relaciones nuevas de una forma sana y que te haga sentir plena, en A Pleno Pulmón estaremos encantadas de acompañarte.

Agradecimientos a @pixabay, @thepaintedsquare, @n-voitkevich por su colaboración fotográfica. 

[mc4wp_form id="35"]

Quizá te apetezca profundizar...

Esta página web utiliza Cookies para funcionar correctamente y mejorar tu experiencia de uso. Si continuas navegando por la web, estarás aceptando nuestra política de privacidad.