La imagen corporal es la representación que cada uno tiene de su propio cuerpo, es decir, cómo me veo y cómo pienso que me ven los demás. Es la imagen que tenemos en nuestra mente del tamaño, tipo y forma de nuestro cuerpo, junto con los sentimientos relativos a sus características y las partes que lo constituyen.
Implica tres aspectos:
- Cognitivo: evalúo cómo me percibo;
- Emocional: cómo me siento con esto;
- Conductual: cómo actúo respecto a lo que percibo de mi imagen corporal.
El aspecto conductual es muy importante a tener en cuenta porque puedo actuar de una manera sana: llevar una vida saludable, ponerme ropa con la que me siento bien, potenciar mis actividades deportivas o más problemáticas: compensar en las comidas, dedicar mucho tiempo a evaluar “mis defectos” o excederme en conductas de control.
¿Te has dado cuenta de que, según el día, lo que “ves” de ti en el espejo puede variar mucho? ¿Cómo puede ser que de un día a otro me vea mucho más guapa/fea? O, ¿cómo si hubiese cogido/perdido peso? Lo que vemos en el espejo, no es una realidad objetiva. Nuestra autoestima y autoconcepto, van a mediar en esa imagen que me devuelve.
“Lo que vemos en el espejo, no es una realidad objetiva. Nuestra autoestima y autoconcepto, van a mediar en esa imagen que me devuelve”
¿Cómo se construye mi imagen corporal?
La preocupación por la imagen es universal, hoy día podemos decir que se da en prácticamente todas las culturas.
Los criterios sociales influyen en cómo percibimos nuestra imagen. Los medios de comunicación como revistas, redes sociales o televisión nos muestran constantemente cuerpos idealizados que glorifican la delgadez, asociándose a éxito y felicidad.
El peligro de los cánones que tenemos hoy día es que son irreales con el cuerpo: una delgadez extrema y unos rasgos que sólo se consiguen con operaciones estéticas o retoques.
La necesidad de satisfacer este canon para sentirse aceptado u obtener popularidad social cada vez se asocia más a las restricciones alimentarias. Esto, sumado al alto valor que se le da a la belleza, como si fuese el valor más importante a alcanzar.
Es llamativo que, pese a encontrar en el mercado cada vez más oferta de cremas, ejercicios, cirugías, suplementos, planes de “cuidado”, etc. prometiendo conseguir ese “cuerpo ideal”, la brecha entre esto y lo real, no deja de aumentar.
El bombardeo de “cómo obtener un estado de salud ideal” introduce la idea de que nuestro cuerpo necesita cada vez más atención, revisión, mejora e, incluso, transformación.
"Es llamativo que, pese a encontrar en el mercado cada vez más oferta de cremas, ejercicios, cirugías, suplementos, planes de “cuidado”, etc. prometiendo conseguir ese “cuerpo ideal”, la brecha entre esto y lo real, no deja de aumentar."
La discrepancia entre cómo me percibo y mi ideal: es lo que llamamos insatisfacción con la imagen corporal, asociándose a una mayor preocupación, cuanto más distancia haya entre ellas.
Esta preocupación por el cuerpo no nace únicamente de la sociedad, es algo que se aprende y modula en la familia y suele ser más o menos reforzada por los grupos de amigos. De las primeras personas que esperamos atención, seguridad, reconocimiento y validación, es de nuestras figuras de apego (madres y/o padres), por lo tanto, cuando esto no se da en la infancia de una manera adecuada, la base sobre la que se construirá cómo me veo y cómo me siento respecto a mi imagen empezará ya a tambalearse. Y ¿qué ocurrirá en el futuro? Pues que esas personas que no sintieron sus necesidades cubiertas cuando eran niñas/os, buscarán en su alrededor la confirmación constante para poder validarse internamente.
"Esta preocupación por el cuerpo (...) es algo que se aprende y modula en la familia y suele ser más o menos reforzada por los grupos de relación."
Algunos datos que deberían preocuparnos
- Casi 3/4 de las universitarias y 1/2 de los universitarios, querría perder peso.
- Ya se encuentran sentimientos de culpa por comer (proporciones saludables) en niños y niñas de hasta 12 años.
- Ya se encuentran sentimientos de culpa por comer (proporciones saludables) en niños y niñas de hasta 12 años.
- Desde los 11 años, ya se encuentran chicas que evitan ciertos alimentospor miedo a engordar y controlan su peso.
- Con 7 u 8 años ya hay niñas con preocupación por la imagen corporal e incluso conductas de riesgo para controlarla.
- Casi un 8% de la población acaba pasando por un trastorno de la conducta alimentaria.
¿Cómo puedo cultivar una imagen corporal positiva?
- Acepta tu cuerpo y valora todo lo que te permite hacer cada día, es lo que te permite ser quien eres, correr, abrazar, reir…
- Sé respetuosa/o con tu cuerpo y cuídalo. Vigila cómo te hablas cuando te miras al espejo y, que cada vez que lo hagas, no vaya acompañado de buscar defectos.
- Dedica diariamente algo de tiempo a cuidar esta parte tan importante de tí de manera consciente: date un baño con sales, disfruta el sol en una terraza, aplícate una crema que te guste lentamente...
- Recuérdate otras cosas que también cultivas en tu vida y no tienen que ver con el aspecto.
- Cuida lo que ves en redes sociales, sigue perfiles que no contaminen con cuerpos y vidas irreales tu percepción de la realidad.
- Cuidado con la publicidad encubierta: hoy día, el cuerpo se utiliza como mercancía, lo que parece un consejo o un comentario desinteresado, puede esconder querer crearte una necesidad que no tienes.
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Escrito por: Cristina
Equipo de A Pleno Pulmón.
Agradecimientos a @rodnae-prod, @life-of-pi, @fotios-photos por su colaboración fotográfica.