Pero, ¿cómo puedo comunicarme y entender a este “consejo de sabios”?
Las emociones surgen ante un estímulo externo o interno: puedo sentirme triste, por ejemplo, por la situación que estoy viviendo, pero las emociones también pueden surgir de algo que esté pensando o recordando. Es entonces cuando mi consejo de sabios se comunica conmigo por diferentes vías.
Una emoción es una respuesta psicofisiológica, es decir, que se manifiesta en la mente y en el cuerpo. Cada emoción genera una respuesta distinta en nuestro organismo y una serie de pensamientos. Esto se debe a que cuando sentimos algo, se segregan unas hormonas y unos neurotransmisores concretos. Según los que se activen, se dan unos cambios en el cuerpo u otros.
Imagina que tu sistema emocional fuera como un mueblebar con diferentes bebidas. Por ejemplo: si me siento enfadada, mi torrente sanguíneo se ve inundado de un cocktail de adrenalina, noradrenalina y cortisol. Mi cuerpo se preparará para defenderse, se me tensarán los músculos. En cambio, si siento alegría, la combinación del cocktail será distinta: estará compuesto de serotonina, adrenalina y endorfinas. Mi cuerpo se llenará de una energía totalmente distinta a la del enfado. Esto permite que pueda diferenciar cuando siento una emoción u otra, ya que se siente diferente en el cuerpo.