Todas tenemos una vocecita interna que nos habla desde dentro cuando cometemos un error o cuando conectamos con esos aspectos de nosotras que no nos gustan.
¿Alguna vez te has parado a revisar cómo te hablas a ti misma? Te propongo que lo hagas; párate un instante a revisar tu discurso interno.
¿Tratas de ser comprensiva con eso que no te gusta de ti misma? ¿O te criticas por tus fallos y limitaciones?
¿Tratas de ver tus defectos como parte normal de tu condición de humana? ¿O cuándo piensas en tus defectos, sueles sentirte separada del resto de la gente, como si ellos fueran perfectos y tú no?
Cuando te sientes mal, ¿intentas tener una visión equilibrada de la situación, o tiendes a fijarte más en la parte negativa?
¿Te tratas con respeto, cariño y comprensión, como lo harías con una buena amiga, o te machacas como si fueras tu peor enemiga?
¿Te ayudas o te pones la zancadilla?