¿Seguro? Qué presión, ¿no?
Vamos a cuestionar estos pensamientos muy brevemente. En todo el mundo, entre los miles de millones de personas que habitamos este planeta, ¿solo hay una que encaje contigo?
Ah ya, pero tú quieres que sea ESA persona.
Aferrarnos a este pensamiento de forma irracional solo nos lleva a sentimientos de frustración y desesperanza por desear algo que no está bajo nuestro control.
Nuestro entorno nos ha llevado a normalizar situaciones fuente de sufrimiento, es más, incluso a valorar que para que un relación sea “verdadera” debe ceñirse a esos patrones, alejándonos de relaciones sanas y sinceras.